Las partes que forman nuestro olivo
El olivo es un árbol muy importante en la cultura mediterránea, conocido por su producción de aceitunas y aceite de oliva. Desde Ad-Morum valoramos enormemente la tradición olivarera y la necesidad de conocer las distintas partes de este gran árbol frutal.
El olivo
Aunque es conocido principalmente por su producción de aceite y aceitunas, del olivo somos capaces de extraer productos para cosmética; construcción; mobiliario; energético… Desde cremas hasta mesas, pasando por biomasa y aceites en todas sus variedades.
Como bien se conoce, los olivos se adaptan muy favorablemente a las regiones mediterráneas. Concretamente, en la provincia de Jaén es donde encontramos unos de los puntos más óptimos para la plantación de estos árboles.
Una de las características más relevantes de los olivos es su longevidad. Son árboles de los que existe constancia de una antigüedad mayor a los 700 años.
En cuanto a la recolección de sus frutos, desde Ad-Morum adquirimos aquellas aceitunas con procedencia tradicional olivarera. Esto implica que, aunque la edad en la que el olivo puede empezar a cosecharse ronda el cuarto año, nuestras aceitunas provienen de árboles entre 20 y 200 años.
La estructura del olivo
Aunque existen más de 200 variedades de aceitunas, nos gustaría centrarnos en las partes que componen el olivo y sus características generales.
Nos encontramos ante un árbol de hoja perenne, con una altura media que ronda los 2 y 15 metros de altura, teniendo una división general en: raíces; tronco; hojas; flores y frutos.
El modo en el que el árbol crecerá y expandirá sus raíces (pueden llegar a entrelazarse con las de sus árboles cercanos) dependerá del tipo de terreno y cuidado que reciba el olivo. Una consideración a destacar es que no soporta las lluvias constantes, lo que lo hace un buen árbol hasta para climas áridos.
El tronco
Destaca por su tamaño grueso y tortuoso y su amplia ramificación. En cuanto a la corteza, se diferencia entre un olivo joven y uno maduro:
- El tronco joven suele ser liso y de tono gris claro.
- El tronco maduro ha oscurecido su color a la vez que se va fisurando.
La madera del olivo es dura, con una copa pronunciada, redondeada y apretada. De dureza, pero fácil pulido, el uso de su madera es considerado más exclusivo por su calidad excelente y durabilidad. Su gran resistencia a la humedad y bacterias lo hace ideal para utensilios de cocina.
Las hojas son simples y lanceoladas, con el borde entero y el ápice puntiagudo. Están colocadas de forma opuesta entre ellas y suelen permanecer en el árbol hasta dos o tres años después de formarse, aunque hay hojas que pueden durar más. La cara superior de esta tiene un color verde más oscuro, con algo de brillo debido a la cutícula poco permeable que tiene el olivo. Por el envés, tienen un tono gris verdoso por la presencia del pelo protector que tienen, el tricoma. Este ayuda a controlar la circulación del agua y filtrar la luz solar.
La parte reproductiva: la flor
La floración del olivo se da en los meses de primavera. Normalmente entre abril y junio, aunque su salida dependerá de las condiciones climáticas y cuidado del árbol. Sus flores son pequeñas y actinomorfas (simetría radial), produciendo inflorescencias paniculadas (se forman en racimos). La corola de las flores es blanca con su interior amarillento. Contienen cuatro pétalos soldados por la base. Asimismo, el cáliz de estas es pequeño y se forma también por cuatro sépalos soldados. Esto convierte las flores en gamopétalas.
Gracias a su estambre y pistilo, conseguimos producir el fruto a través de las flores denominadas perfectas, las hermafroditas (pistilo y estambre). Estas son aquellas que tienen los dos sexos para dar lugar al fruto. Aquellas flores que no tienen la capacidad de generar el fruto son las masculinas o imperfectas (órganos femeninos sin desarrollar, solo estambre), cuyo objetivo será la de polinizar, pero no podrá ser fecundada.
El fruto
Nuestro AOVE proviene de aquí, la aceituna. Se consigue a través del proceso de polinización primordialmente. En general, la polinización se lleva a cabo por el viento, aunque los insectos también participan en el proceso.
Este fruto es generado tras la floración, con un tamaño que ronda entre 1 y 4 cm de diámetro. Su forma va dependiendo de la variedad cosechada, aunque podemos decir que suelen ser ovaladas y asimétricas, teniendo en su interior la pulpa carnosa y un único hueso.
La piel de la aceituna suele ser suave y gruesa. Según el grado de madurez, su color irá pasando del verde al negro (último punto de maduración).
Nuestras aceitunas son de la variedad picual, un fruto que tiene una forma elíptica asimétrica y con un sabor un tanto amargo que da ese toque con cierto picante al aceite.